Golfeados con queso, un matrimonio perfecto

Explorar la repostería venezolana es adentrarse en un rico mundo de sabores y tradiciones que se celebran en cada bocado.

Los postres y dulces venezolanos son una expresión viva de su historia y cultura, combinando ingredientes autóctonos, con técnicas heredadas de generación en generación.

Uno de sus representantes más emblemáticos es el GOLFEADO.

Este espectacular pan, panecillo o roll criollo, conquista paladares y se presenta como un reflejo de la diversidad gastronómica del país.

Y no es solo un dulce más; el golfeado es una tradición que lleva consigo años de historia y una profunda conexión con la identidad venezolana.

Golfeados

HISTORIA Y ORIGEN DE LOS GOLFEADOS

Este esponjoso dulce típico se caracteriza por su forma similar a un caracol, relleno de papelón y queso rallado, que se realza con un toque de anís y se corona con un trozo de queso blanco, haciendo de él una unión ideal…  ¡un matrimonio perfecto!

Si bien es un reto trazar un linaje preciso, se dice que su origen se remonta a la parroquia de Petare, en Caracas, Venezuela.

Las familias canarias asentadas a principios del siglo XX en este pueblo mirandino, influenciaron notablemente la gastronomía local y fueron ellos quienes, al fusionar las costumbres culinarias de su patria, con los ingredientes autóctonos, popularizaron este postre con su nombre original “golfiao”.

Según cuenta el artista Cruz Amado Fagundez, en su libro “Las Crónicas de Petare”:

Fue de los hornos rústicos, calentados con leña seca, cortada en los montes cercanos a Petare, de donde salían humeantes y olorosos, en grandes platones, los «golfiados» de los hermanos Genaro y María Duarte; los clientes consumían ávidos los primeros que salían de los hornos y hacían envolverse los que llevarían a sus hogares”.

En cuanto al origen de su nombre, parece ser que nace en la hacienda cafetera “Hoyo de las Tapias”, de dónde provenía el café que se vendía en toda Caracas.

Al café le nace una semilla que tiene forma de caracol y a ésta los campesinos la llamaban “golfiao” y dice la tradición popular que, al ver la forma del dulce, alguien de la hacienda le dijo a alguno de los hermanos Duarte, “deme eso que parece un golfiao”.

En resumen, la preparación de los golfeados mezcla las técnicas de panificación traídas por estos inmigrantes, con los sabores y costumbres venezolanos, dando vida a este postre de profunda raíz cultural, que puede encontrarse en casi cualquier panadería del país, pero con especial reconocimiento en las cercanías de la capital.

INGREDIENTES CLAVES PARA GOFEADOS

Cuando se preparan los Golfeados, se seleccionan ingredientes que definen su sabor único y textura inconfundible.

Su receta incluye:

  • Harina de trigo: Es la base de la masa y asegura una textura esponjosa y suave.
  • Levadura: Esencial para que los Golfeados tengan ese levado perfecto y una miga aireada.
  • Mantequilla: Aporta suavidad y un sabor rico a la masa.
  • Huevos: Contribuyen a la estructura y enriquecen la masa de los Golfeados.
  • Leche: Otorga humedad y ayuda a que la levadura active mejor, dando una textura más tierna a la masa.
  • Azúcar: los endulza y equilibra el sabor del relleno salado.
  • Sal: Un toque importante para resaltar todos los sabores de los ingredientes.

Para el relleno y cobertura característicos, se utiliza:

  • Papelón o panela: Derivado de la caña de azúcar, brindando un toque de melaza y un color caramelo distintivo.
  • Queso blanco: algunos utilizan queso de mano y otros queso blanco duro, pero en cualquiera de los casos, el queso autóctono le otorga ese sabor tan característico, que crea el contraste perfecto con la dulzura del papelón.
  • Semillas de anís: Su aroma y sabor son claves en el perfil de estos rollos dulces.
  • Canela: Esta especia complementa al papelón y añade calidez a cada bocado.

También se prepara un “melao” con papelón disuelto en agua, lo que confiere a los Golfeados un acabado brillante y una textura húmeda y, por supuesto, melosa.

Con estos ingredientes, se honra una tradición venezolana en cada golfeado elaborado.

ADAPTACIONES Y VARIANTES REGIONALES

Cada región de Venezuela aporta su toque particular a este postre.

Algunas variantes incluyen la incorporación de ingredientes como coconueces o ralladura de naranja y piña, enriqueciendo la propuesta tradicional con nuevos sabores y texturas.

Aunque la receta original es respetada por su sabor dulce y esponjosidad, estas adaptaciones reflejan la diversidad de la gastronomía venezolana.

Coco

CONCEJOS PARA UN RICO GOLFEADO

Antes de preparar un golfeado, es esencial comprender algunos trucos y métodos para asegurar que el postre sea un éxito.

Por ejemplo, para que la masa alcance la textura suave y esponjosa que todos deseamos, es fundamental que seleccionemos la harina de trigo de buena calidad y nos aseguremos de que la levadura esté fresca.

La temperatura del agua que usamos para activarla debe ser tibia, ni muy caliente ni muy fría, para no afectar la levadura.

Al estirar la masa, debe hacerse con suavidad, para mantener la consistencia y evitar que se rompa.

El dueño de una famosa pastelería caraqueña, asegura que el secreto para un buen golfeado, consiste en agregarle medio litro de agua a la bandeja justo antes de meterla horno, pues así la masa absorbe el agua y origina un producto muy esponjoso.

En cuanto a su conservación, los golfeados son mejores cuando están cálidos y pegajosos, recién salidos del horno, sin embargo, si sobran, deben envolverse bien y pueden conservarse en el refrigerador por unos días.

En caso de haber pasado por la nevera, antes de servirlos, sácalos con tiempo para que pierdan el exceso de frío y luego caliéntalos brevemente en el horno o en el microondas para resaltar esa textura suave y húmeda.

Por cierto, sólo una buena técnica de almacenamiento, puede hacer que los golfeados mantengan sus sabores característicos.

En cuanto a la decoración, los golfeados se sirven típicamente con un hilo de miel de caña por encima, lo que intensifica la mezcla de sabores.

MARIDAJE Y COMBINACIONES

Los golfeados se prestan para una variedad de combinaciones.

Pueden maridarse perfectamente con un café negro que contraste con la dulzura del postre o un espumoso café con leche, de esos que calientan hasta el alma.

Los sabores cálidos del ron y la miel también pueden complementarse muy bien, especialmente si se sirven en una reunión o como parte de un postre más elaborado y algún experto de los maridajes, de quien desconocemos el nombre, recomendó comerlo acompañado de licor de mandarina, para compensar la falta de acidez del postre.

Finalmente, nuestra recomendación es no subestimar el placer de disfrutarlos acompañados de otros postres venezolanos, como buñuelos, tortas típicas o quesillo…  la sorpresa puede ser interesante.

Golfeados

IMPACTO CULTURAL Y RELEVANCIA EN LA COCINA VENEZOLANA

Esta espiral de sabor, inspirada en la forma de un caracol, más que un simple postre, es un elemento que une a la familia y celebra nuestra identidad.

A menudo se encuentra en cualquier panadería local y su presencia es sinónimo de costumbres compartidas, donde se mezclan las culturas que definen nuestra gastronomía.

Este postre típico, que se caracteriza por su sabor dulce con un toque salado, gracias al queso que usualmente lo acompaña, más que una receta es la expresión de nuestra hospitalidad y calidez humana.

Por eso, cada bocado es un recordatorio de que la cocina tradicional venezolana es un legado que debemos seguir honrando día a día.

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